Q U I É N E S S O M O S
L A S C R U C E S
Somos Ronaldo, Rossella, Romina y Renzo. La familia de las 4 erres. Y este es nuestro proyecto familiar, LA CASA BARCO HOSTEL. Les compartimos nuestra historia:
Hace 25 años llegamos al balneario de Las Cruces y nos enamoramos de este hermoso rincón del planeta por su belleza natural y la calidez de las personas que la habitan. Mis padres, Ronaldo y Rossella, construyeron la primera farmacia de Las Cruces en el año 1990 y junto a ella comenzó nuestra vida en este pedazo de mundo.
Fueron pasando los veranos alegres y los inviernos solitarios hasta llegar al año 2014 donde conocimos a Don Angel y la Sra. Adela quienes tenían a la venta su casa ubicada en pleno Barrio Quirinal del casco antiguo de Las Cruces y que llevaban habitando hace una década: LA CASA BARCO.
Así la llamabamos, pues su arquitectura de líneas redondas, desniveles y con 10 metros de altura sobre el mar la asemejaban a una hermosa embarcación emplazada entre las nubes y el mar.
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El hostel “LA CASA BARCO” nace de un sueño: crear un espacio en el mundo donde las personas puedan redescubrir experiencias sencillas, como por ejemplo, una conversación con otros huéspedes del hostal; disfrutar de un asado comunitario, escuchar el ruido del mar, calentarse frente al fuego de la chimenea y así reconectarse con las cosas simples de la vida con el solo hecho de embarcarse en este espacio bello y acogedor que siempre tendrá abierta las puertas para la tripulación que desee abordar este barco de amor y sueños.
Los invitamos a nuestra casa barco a vivir esta nueva experiencia y disfrutar de las playas, el mar más azul del mundo, los senderos entre las rocas, la arquitectura del pueblo y descubrir la magia escondida de Las Cruces.
Los estaremos esperando siempre con amor y brazos abiertos.
Bienvenidos a La Casa Barco.
Las Cruces se encuentra emplazada entre los balnearios de El Tabo y Cartagena y se gestó entre los año 1890 y 1930 con la llegada de familias adineradas que compraron terrenos frente a la playa y construyeron hermosas casas de la época que conforman en la actualidad el patrimonio arquitectónico que llevó a declararlo pueblo típico en Abril del año 2015.
En el año 1912 el tren llega hasta el puerto de San Antonio. De allí la gente abordaba un coche tirado por cuatro caballos que llegaba hasta la playa grande de Cartagena donde se hacía un nuevo trasbordo al llamado ferrocarril de sangre que era un carro tirado también por caballos hasta llegar a la playa blanca de las Cruces.
En el año 1915 se creó la COMUNIDAD PLAYA BLANCA, compuesta por vecinos ilustres como Osvaldo Marín, Javier Angel Figueroa y José Tomás Matus con el objetivo de crear un balneario “moderno y exclusivo para gente de buen gusto” para lo cual contrataron a Josué Smith Solar uno de los mejores arquitectos de la época. El proyecto se realiza parcialmente debido a la muerte de su principal impulsor don Osvaldo Marin y fue el arquitecto Héctor Hernández quien construyó parte de la concepción inicial del balneario diseñada por Smith Solar. Surgen así los barrios Vaticano y Quirinal por el 1925. El primero por el norte y el segundo por el sur, diferenciándose ambos por su ubicación y por sus prácticas sociales y religiosas. Ambos barrios contienen un sello arquitectónico particular y propio al Stick Style y Shingle Style.
En la actualidad la casa de don Florindo Labbé Vivanco, ubicada en el barrio Vaticano, es la única edificación que aún se encuentra en pie y que formó parte de la proyección original diseñada por Smith Solar.
Así, Las Cruces ha logrado mantener una riqueza social y cultural desde sus inicios, albergando a importantes artistas y escritores como el pintor Juan Francisco González quien trajo a Las Cruces al grupo de los diez. En la actualidad, Las Cruces es el hogar del centenario antipoeta Nicanor Parra, los escritores Gustavo Frias, Eduardo Labarca y Carmen Berenguer, entre otros.
Está claro que algo mágico tiene Las Cruces que encanta a quienes viven y vienen de pasada que no los deja indiferentes. Sus hermosos paisajes , su intenso mar azul, y su gente hacen de este pueblo un lugar atemporal impregnado de inspiración y pasión por las cosas simples de la vida.